4. Cuando los ingredientes estén integrados, transfiere la masa a una superficie enharinada y amasa por unos 10 minutos hasta que esté suave y elástica. Si la masa está muy pegajosa, puedes añadir un poco más de harina, pero evita agregar demasiada.
5. Añade la mantequilla (o el aceite) a la masa y continúa amasando unos 5 minutos más hasta que esté completamente integrada y la masa sea suave.
6. Coloca la masa en un bol ligeramente engrasado, cúbrelo con un paño y déjala reposar en un lugar cálido durante 1-1.5 horas, o hasta que haya duplicado su tamaño.
7. Una vez que la masa haya levado, divídela en partes iguales (de 50-60 g cada una) y forma pequeñas bolas. Coloca las bolitas en una bandeja para hornear, separadas un poco entre sí para que tengan espacio para crecer.
8. Cubre los panecillos con un paño y déjalos reposar por 30 minutos más para que vuelvan a subir.
9. Precalienta el horno a 180°C. Lleva los panecillos al horno y hornea durante 15-20 minutos o hasta que estén dorados en la superficie.
10. Una vez listos, retíralos del horno y déjalos enfriar sobre una rejilla
