Sazona las pechugas de pollo con sal y pimienta al gusto.
Calienta el aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio-alto.
Cocina las pechugas durante 4-5 minutos por cada lado, o hasta que estén doradas y completamente cocidas.
Retira el pollo de la sartén, déjalo reposar 5 minutos y córtalo en tiras o cubos.
3. Preparar la mantequilla de ajo y limón:
En la misma sartén, reduce el fuego a medio y agrega la mantequilla.
Una vez derretida, añade el ajo picado y cocina por 1-2 minutos hasta que esté fragante (cuidado de no quemarlo).
Incorpora el jugo y la ralladura de limón, el caldo de pollo y, si lo deseas, la crema para batir. Mezcla bien.
Agrega el queso parmesano rallado poco a poco, removiendo constantemente para evitar grumos.
4. Mezclar la pasta:
Regresa la pasta cocida a la sartén con la mantequilla de ajo y limón.
Añade el pollo cocido y mezcla bien para cubrir todo con la salsa. Si está muy espesa, agrega un poco del agua de cocción reservada.
Ajusta la sal y la pimienta al gusto.
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