Pastel clásico de mantequilla de vainilla con salsa de suero de leche

1. Preparar la masa del pastel

En un tazón grande, bata el azúcar y la mantequilla derretida hasta obtener una mezcla ligera y esponjosa.
Agregue los huevos, uno a la vez, batiendo bien después de cada adición hasta que estén completamente incorporados.
Incorpore el extracto de vainilla, asegurándose de que la mezcla esté suave y fragante.
En un tazón aparte, bata la harina, el bicarbonato, el polvo para hornear y la sal.
Agregue gradualmente los ingredientes secos a la mezcla húmeda, alternando con el suero de leche. Comience y termine con los ingredientes secos, mezclando justo hasta que se integren. Evite mezclar demasiado para obtener un pastel tierno.

2. Hornea el pastel

Precalienta el horno a 175 °C (350 °F).
Engrasa un molde para hornear de 25 cm (o molde Bundt) con aceite o aerosol antiadherente.
Vierte la masa en el molde preparado, llenándolo uniformemente.
Hornea de 55 a 70 minutos o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio.
Retira el pastel del horno y déjalo enfriar 10 minutos en el molde.

3. Prepara la salsa de suero de leche

En una cacerola pequeña a fuego medio, combine el azúcar, la mantequilla en cubos y el agua.
Remueva constantemente hasta que el azúcar se disuelva y la mantequilla se derrita por completo.
Retire la cacerola del fuego e incorpore el extracto de vainilla. Tenga cuidado con las llamas abiertas al remover.

4. Armar el pastel

Pase con cuidado un cuchillo por los bordes del molde para desmoldar el pastel. Dé la vuelta sobre una rejilla colocada sobre una hoja de papel encerado.
Con una brocheta o tenedor, haga pequeños agujeros por todo el pastel.
Rocíe 1/4 de taza de la salsa de suero de leche preparada sobre el pastel, dejando que se absorba.
Deje reposar el pastel de 15 a 20 minutos para que absorba completamente la salsa.

5. Sirve y disfruta

Corte el pastel y sírvalo tibio o a temperatura ambiente.
Rocíe con salsa adicional cada rebanada para una experiencia aún más exquisita.
Acompañe con crema batida, frutos rojos frescos o una bola de helado de vainilla si lo desea.

Consejos profesionales

Para un sabor más intenso: Deje reposar el pastel toda la noche antes de servir para que los sabores se desarrollen mejor.
Almacenamiento adicional de la salsa: La salsa de suero de leche se puede guardar en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por una semana. Recaliéntela suavemente antes de usarla.
Opción sin gluten: Sustituya la harina común por una mezcla para hornear sin gluten en proporción 1:1.

Por qué te encantará este pastel

Este pastel de mantequilla de vainilla con salsa de suero de leche logra el equilibrio perfecto entre dulce y ácido, con una textura que se derrite en la boca. Es un postre nostálgico, fácil de preparar, pero que seguro impresionará a tu familia y amigos.

Así que adelante, ¡hornéalo, rocíalo y saborea la mejor experiencia de postre! 🍴✨

Para conservar tu clásico pastel de mantequilla de vainilla con salsa de suero de leche, aquí tienes algunos consejos:

Enfriar completamente: Asegúrate de dejar que el pastel se enfríe completamente en el molde antes de transferirlo a una rejilla.
Envolver bien: Una vez que esté frío, envuelve el pastel firmemente en film transparente o papel aluminio para mantenerlo fresco y evitar que se seque.
Temperatura ambiente o refrigerado: Puedes guardar el pastel envuelto a temperatura ambiente hasta por 2 días. Si quieres conservarlo por más tiempo, refrigéralo hasta por una semana.
Congelación: Si quieres guardarlo por un período prolongado, puedes congelarlo. Simplemente envuélvelo bien en film transparente y luego en papel aluminio. Puede durar unos 3 meses en el congelador. Cuando estés listo para disfrutarlo, descongélalo en el refrigerador.

Para la salsa de suero de leche, guárdala en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por una semana. Puedes recalentarla suavemente en la estufa o en el microondas antes de servir. ¡Disfruta de tu delicioso pastel! 🍰✨

 

 

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