Precalienta el horno a 175 °C (350 °F). Engrasa y enharina un molde redondo para torta de 20 cm (8 pulgadas) o una fuente para horno cuadrada de 23 x 23 cm (9 x 9 pulgadas).
En un bol mediano, bate la harina, el polvo para hornear y la sal. Reserva.
En un bol grande, bate la manteca ablandada y el azúcar con una batidora eléctrica a velocidad media hasta que la mezcla quede suave y esponjosa (aproximadamente de 3 a 4 minutos).
Agrega los huevos de a uno, mezclando bien después de cada adición. Incorpora el extracto de vainilla.
Agrega los ingredientes secos en tres partes, alternando con la leche. Comienza y termina con los ingredientes secos. Mezcla cada adición hasta que se integren.
Vierte la masa en el molde para torta preparado y alisa la superficie.
Hornea en el horno precalentado durante 25 a 30 minutos, o hasta que un palillo insertado en el centro salga limpio.
Retira el pastel del horno y déjalo enfriar en el molde durante 10 minutos antes de transferirlo a una rejilla para que se enfríe por completo.
2. Prepara la salsa de suero de leche:
Mientras se hornea el pastel, prepara la salsa de suero de leche. En una cacerola mediana, derrite la mantequilla a fuego medio.
Agrega el azúcar, el suero de leche y el extracto de vainilla, revolviendo para combinar. Lleva la mezcla a ebullición.
Una vez que comience a hervir, reduce el fuego y agrega el bicarbonato de sodio. Deja que la salsa hierva a fuego lento durante 3 o 4 minutos, revolviendo de vez en cuando, hasta que espese un poco.
Retira la cacerola del fuego y reserva.
3. Sirve:
Una vez que el pastel se haya enfriado, córtalo en cuadrados o gajos.
Rocía la salsa de suero de leche tibia sobre el pastel justo antes de servir.
Este clásico pastel de mantequilla de vainilla con salsa de suero de leche es increíblemente húmedo, con un delicioso equilibrio de dulzura y riqueza de la salsa. La salsa de suero de leche se absorbe en el pastel y le da una textura deliciosa y aterciopelada. ¡Disfrútalo!
