Patatas germinadas: el enemigo silencioso en tu cocina que puede perjudicar tu salud. ¡Cuidado!
Cómo detectar y evitar el peligro
La primera regla es sencilla: examine las patatas con cuidado antes de cocinarlas. La presencia de brotes visibles, piel verdosa o un olor extraño debería alertarle de inmediato. Aunque el alimento tenga un aspecto firme, esto no confirma su seguridad.
La solanina se concentra originalmente en las partes verdes de la patata, en los brotes y justo debajo de la piel. Simplemente pelar la patata no siempre es suficiente para eliminar el peligro. Cocinarla a altas temperaturas tampoco elimina la toxina. Por lo tanto, consumir este tipo de patata puede causar vómitos, diarrea, dolor abdominal y, en algunos casos, trastornos neurológicos.
Los niños y los ancianos son especialmente vulnerables. Sus sistemas digestivos reaccionan con mayor rapidez y fuerza. Basta con unos pocos bocados contaminados para que aparezcan los síntomas.
Cómo detectar y evitar el peligro
La primera regla es sencilla: observe atentamente las patatas antes de cocinarlas. La presencia de brotes visibles, piel verdosa o un olor extraño debería alertarle de inmediato. Aunque el alimento parezca firme, esto no garantiza su seguridad.
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