Hervir el agua: Coloca el litro de agua en una olla y lleva a ebullición.
Agregar las hojas de laurel: Una vez que el agua esté hirviendo, añade las hojas de laurel. Cocina por 10 minutos a fuego medio para que liberen sus aceites esenciales y principios activos.
Reposo: Retira del fuego y deja reposar por 5 minutos.
Preparar la tina: Llena una tina con agua tibia (unos 3 litros, dependiendo del tamaño del recipiente). Añade el agua de laurel colada, la sal marina y el bicarbonato.
Aceites esenciales (opcional): Incorpora las gotas de aceite esencial si deseas potenciar los efectos antimicrobianos y relajantes.
Remojar los pies: Sumerge los pies durante 20 a 30 minutos. Relájate mientras el laurel hace su trabajo.
Modo de uso y frecuencia
Frecuencia recomendada: 2 a 3 veces por semana durante la noche para lograr efectos depurativos y antimicrobianos.
Mejor momento para hacerlo: Antes de dormir, ya que este baño también ayuda a relajar el sistema nervioso.
Duración por sesión: 20-30 minutos.
Secado posterior: Seca los pies completamente con una toalla limpia y aplica una crema humectante o aceite natural (como coco o almendra).
20 Beneficios del baño de pies con laurel
Eliminación de toxinas: Ayuda a purificar el organismo desde la planta de los pies, donde se concentran puntos de acupresión relacionados con los órganos internos.
Combate hongos y bacterias: El laurel posee compuestos antimicrobianos como el cineol y eugenol.
Alivia el mal olor: Gracias a sus propiedades desodorantes naturales.
Suaviza la piel: El agua caliente, junto con los aceites esenciales del laurel, ayuda a eliminar durezas y callosidades.
Mejora la circulación: El calor y el laurel activan el flujo sanguíneo en los pies y piernas.
Relaja músculos tensos: Ideal para pies cansados después de largas caminatas o jornadas laborales.
Calma el sistema nervioso: Reduce la ansiedad y mejora el sueño.
Desinflama articulaciones: Útil para personas con artritis o problemas articulares.
Acelera la cicatrización: El laurel tiene propiedades regeneradoras y antisépticas.
Previene infecciones en uñas: Ideal para quienes sufren de hongos o infecciones crónicas.
Rejuvenece la piel: Sus antioxidantes combaten el envejecimiento celular.
Desintoxica a través de los poros: Los pies eliminan toxinas por sudor, y el laurel acelera este proceso.
Equilibra el pH del cuerpo: El bicarbonato añadido contribuye a mantener el pH corporal ideal.
Reduce la hinchazón: Eficaz para pies inflamados o con retención de líquidos.
Activa puntos reflejos: Estimula los puntos de reflexología podal.
Mejora el estado de ánimo: El aroma del laurel tiene un efecto positivo sobre el sistema límbico.
Combate verrugas y durezas: Ayuda a eliminar imperfecciones en la piel de los pies.
Apoya el sistema inmunológico: Al liberar toxinas, se reduce la carga sobre el sistema inmune.
Reduce el dolor en los pies: Calma molestias provocadas por fascitis plantar o sobrecarga muscular.
Aumenta la energía: Al eliminar toxinas, la vitalidad corporal mejora.
Propiedades medicinales del laurel
Antiinflamatorio: Reduce la inflamación muscular y articular.
Antibacteriano: Combate bacterias comunes como E. coli y Staphylococcus aureus.
Antifúngico: Actúa eficazmente contra hongos, sobre todo los que afectan uñas y piel.
Antioxidante: Neutraliza radicales libres que envejecen las células.
Digestivo: Aunque no se ingiere en este tratamiento, al estimular ciertos puntos del pie puede ayudar al sistema digestivo.
Calmante: Efecto relajante gracias a compuestos como linalool.
Tónico: Fortalece el sistema circulatorio.
Astringente: Ideal para piel grasa o sudorosa.
Desodorante natural: Elimina malos olores sin químicos.
Estimulante inmunológico: Refuerza defensas al eliminar toxinas acumuladas.
Aunque el baño de pies con laurel es seguro para la mayoría de personas, es importante tener en cuenta lo siguiente: