Cuando le ataca un dolor de cabeza, un músculo tenso o tiene fiebre, probablemente recurra a su botiquín para obtener un alivio rápido. Los analgésicos de venta libre parecen inofensivos, pero su uso excesivo puede tener consecuencias graves, especialmente para los riñones. Estos órganos, responsables de filtrar toxinas y regular el equilibrio hídrico, son vulnerables al abuso de medicamentos comunes como el ibuprofeno y el paracetamol.
Según los nefrólogos, respaldados por estudios como los publicados en el American Journal of Kidney Diseases, el uso prolongado o excesivo de estos medicamentos se relaciona con un mayor riesgo de insuficiencia renal, una afección que puede permanecer latente hasta que es demasiado tarde.
En este artículo, exploraremos cómo el ibuprofeno y el paracetamol pueden dañar sus riñones y qué puede hacer para protegerlos.
Ibuprofeno: El antiinflamatorio que controla tus riñones
El ibuprofeno, un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) ampliamente utilizado para el dolor muscular, las migrañas y la inflamación, es un arma de doble filo. Aunque es eficaz a corto plazo, su uso excesivo puede reducir el flujo sanguíneo a los riñones, lo que afecta su capacidad para filtrar la sangre.
Esto puede desencadenar insuficiencia renal aguda, especialmente en personas con factores de riesgo como diabetes, hipertensión o deshidratación. Los nefrólogos advierten que tomar ibuprofeno en dosis altas (más de 2400 mg al día) o durante períodos prolongados aumenta significativamente este riesgo. Los síntomas de daño renal, como hinchazón de piernas, fatiga o cambios en la orina, pueden pasar desapercibidos al principio.
Para minimizar los riesgos, use ibuprofeno solo en la dosis recomendada (generalmente de 200 a 400 mg cada 6 a 8 horas, sin exceder los 3200 mg al día) y durante el menor tiempo posible.
Asegúrese de mantenerse hidratado, ya que la deshidratación empeora el daño renal.
Si necesita analgésicos con frecuencia, consulte a un médico para explorar alternativas, como fisioterapia o medicamentos menos agresivos para los riñones. Controle la frecuencia con la que usa ibuprofeno y preste atención a signos como orina turbia o disminución de la diuresis, que requieren atención inmediata.
Paracetamol: El analgésico aparentemente seguro
El paracetamol, conocido por aliviar dolores leves y la fiebre, se considera una opción más suave que los AINE, pero no está exento de riesgos. Aunque su principal efecto es en el hígado, el uso crónico o en dosis altas (más de 4000 mg al día) puede dañar los túbulos renales, las estructuras que filtran la sangre.
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