Si un médico (irresponsable) le ha recetado alguno de estos medicamentos, no los tome.

– 1) Crear revistas especializadas falsas

– 2) Intimidar y desacreditar a los científicos críticos

– 3) Fundar asociaciones cívicas falsas o infiltrarse en las existentes (Doctissimo es un buen ejemplo)

– 4) Agotar los recursos limitados de los demandantes mediante juicios interminables (Juicio de Versalles: los demandantes fueron desestimados por no haber podido presentar su receta de DISTILBENE de hace 40 años).

– 5) Proporcionar únicamente datos favorables para obtener la autorización de comercialización

– 6) Contratar y sobornar a médicos para que realicen estudios falsos

– 7) Poner en tu bolsillo profesores reconocidos en su especialidad para que los estudios de las firmas parezcan independientes y serios.

– 8) Ejercer una presión agresiva sobre farmacéuticos, investigadores y médicos en sus consultas o asociaciones (no tenemos por qué hacerlo: también podemos expulsar a toda esa gente, ¡pero adiós a los seminarios en Seychelles!
Porque, digan lo que digan, siguen existiendo, bajo otros nombres puritanos).

– 9) Soborno a políticos o miembros importantes de organismos de control público (OMS,
Departamento de Salud, Educación y Bienestar de EE.UU., FDA, Ministerios de Salud, Centros para el Control de Enfermedades CDC, NIH, GEIG, Agencia Europea de Medicamentos), (¿Bachelot?)

– 10) Dividir un efecto secundario grave en varios efectos secundarios menores

– 11) Utilizar los cargos de líderes de opinión en su remuneración.

– 12) No proporcionar referencias, en nombre del secreto comercial (sic)

– 13) Atacar a la población con marketing publicitario omnipresente

– 14) Inundar las revistas con inserciones de propaganda reduccionistas y mendaces (véase la actual campaña televisiva a favor de la vacuna contra la tos ferina en momentos en que la publicidad está prohibida)

-15) Cortar la financiación y las subvenciones a los investigadores, médicos, científicos que no juegan el juego… (Para los demás, los trabajadores, los sin gloria, los ingenuos concienzudos que no hacen demasiadas preguntas, los laboratorios gastan 25.000 euros al año por médico)

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