En una sartén muy caliente con unas gotas de aceite, sellaremos las rodajas unos segundos por cada lado.
Es muy importante que la sartén esté bien caliente para que el solomillo no suelte su jugo.
Queremos que se doren por fuera pero que se quede sin hacer por dentro.
Mejor, hacerlo por tandas, que no todas las rodajas a la vez, para no perder temperatura.
Cuando las tengamos todas, las reservamos.
Pasaremos a preparar la salsa.
Usaremos los dientes de ajo enteros y con piel, podemos machacarlos un poco o hacerle algún corte con el cuchillo, eso es opcional, nosotros no lo hemos hecho.
Ponemos el aceite de oliva virgen extra, en la misma sartén, que hemos usado para sellar el solomillo.
Continúa en la página siguiente