Incorpore suavemente el merengue a la mezcla de queso crema en tres partes, con cuidado de no desinflar la masa.
Use una espátula para incorporar el merengue suavemente y mantener la textura esponjosa.
Hornee la tarta de queso:
Vierta la masa en el molde preparado y alise la superficie.
Coloque el molde en una bandeja para hornear más grande y vierta agua caliente en la bandeja exterior para crear un baño María.
Hornee la tarta de queso en el horno precalentado durante 45-55 minutos, o hasta que la superficie esté dorada y al insertar un palillo, este salga limpio.
Enfriar y servir.
Apaga el horno y deja la tarta de queso dentro durante 1 hora con la puerta entreabierta.
Luego, retira la tarta del horno, déjala enfriar a temperatura ambiente y refrigérala durante al menos 4 horas o toda la noche antes de servir.
Espolvorear con azúcar en polvo antes de servir, si se desea.
Consejos para una tarta de queso japonesa perfecta
Sea delicado con el merengue.
Uno de los elementos clave para lograr esa textura ligera y esponjosa es el merengue. Al incorporarlo a la mezcla de queso crema, hágalo con el mayor cuidado posible.
Mezclar demasiado o con demasiada fuerza desinflará el merengue, lo que resultará en un pastel más denso.
El baño maría es esencial.
Usar un baño maría es crucial para evitar que la tarta de queso se agriete y garantizar una cocción uniforme.
La humedad del horno ayuda a regular la temperatura, permitiendo que la tarta de queso se hornee lenta y uniformemente, dándole una textura suave y esponjosa.
Variaciones.
Tarta de queso japonesa con matcha.
Para darle un toque único, prueba a incorporar matcha en polvo a tu tarta de queso japonesa.
Simplemente añade de 1 a 2 cucharaditas de matcha en polvo a los ingredientes secos (harina y maicena) para infundirle al pastel un delicioso sabor a té verde.
El matcha ligeramente amargo combina maravillosamente con la riqueza del queso crema.
Tarta de queso japonesa de chocolate.
Para una versión con sabor a chocolate, derrite 85 g de chocolate negro e incorpóralo a la mezcla de queso crema junto con la mezcla de yemas de huevo.
Esto le dará a la tarta de queso un rico sabor a chocolate, manteniendo su textura esponjosa.
También puedes rociar un poco de chocolate derretido por encima para decorar.
Conclusión
La tarta de queso japonesa, ligera y esponjosa, es un postre delicado que combina lo mejor de ambos mundos: la riqueza del queso crema y la ligereza de un suflé.
Esta tarta es un capricho perfecto para quienes buscan una alternativa menos densa y ligeramente menos dulce a la tarta de queso tradicional.
Si bien el proceso puede parecer complejo, si sigue los pasos cuidadosamente obtendrá un postre maravillosamente suave y elegante.
Ya sea que sigas la receta clásica o agregues tus propias variaciones, la tarta de queso japonesa es un bocadillo versátil que se puede personalizar para adaptarlo a tu gusto.
Su textura ligera y su sutil sabor lo convierten en una opción ideal para cualquier ocasión, desde cenas informales hasta celebraciones especiales.