Toda la familia del novio se fue en medio de la boda al descubrir quee los padres de la novia “trabajaban recogiendo basura”. Justo en ese momento, llegó un camión de basura, del cual bajó el padre de la novia… y todos quedaron en silencio al ver lo que él traía en las manos.
“Papá… nunca me lo dijiste.”
“No era necesario,” —respondió él— “mientras fueras feliz.”
El Perdón y la Redención
Doña Beatriz estaba pálida. Sus labios temblaban.
“Yo… no sabía… Don Manuel, he sido una tonta.”
Don Manuel sonrió con serenidad.
“No hay nada que perdonar. Hoy es el día de mis hijos. Dejemos que el amor sea más fuerte que el orgullo.”
Entonces Don Esteban abrazó al hombre que una vez lo salvó. Los invitados aplaudieron, algunos llorando.
Diego tomó la mano de María y se arrodilló ante sus padres:
“Los amo a los dos, pero mi corazón pertenece a ella. No importa su origen, porque me ha enseñado lo que es la verdadera nobleza.”
El Nuevo Comienzo
El banquete continuó, esta vez con un aire distinto. Las risas volvieron, pero ahora con respeto y emoción sincera. Doña Beatriz, avergonzada pero conmovida, sirvió personalmente comida a la familia de María.
Los mariachis retomaron su música, y el cielo se pintó de tonos anaranjados mientras la pareja bailaba su primer vals.
El camión de basura permaneció estacionado al fondo, pero ya nadie lo veía con desprecio.
Ahora era símbolo de dignidad y sacrificio.
María abrazó a su padre, susurrando:
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