Ajuste de condimentos: Si prefieres otros condimentos o hierbas, no dudes en experimentar. El ajo, el romero, el tomillo o el orégano pueden complementar muy bien el sabor de la carne de cerdo.
Control de la temperatura del horno: Asegúrate de seguir de cerca la temperatura del horno para evitar que la carne se cocine demasiado rápido o se seque. Un termómetro de carne puede ser útil para garantizar que la carne alcance la temperatura interna adecuada.
Descanso de la carne: Después de sacar la carne del horno, déjala reposar durante unos minutos antes de cortarla. Esto permitirá que los jugos se redistribuyan, lo que resultará en una carne más jugosa y sabrosa.
Acompañamientos: Considera servir la carne de cerdo con acompañamientos que complementen su sabor, como puré de papas, ensalada fresca o vegetales asados. Esto añadirá variedad y equilibrio al plato.