Una madre se ganaba la vida recogiendo basura, su hija fue rechazada durante 12 años de la escuela, pero en la ceremonia de graduación, dijo una frase que hizo que todo el salón se pusiera de pie en lágrimas.
El primer día
En su primer día de clases, Emma llevaba un uniforme descolorido que su madre le había rogado de una caja de donaciones de la iglesia.
Sus zapatos le quedaban grandes; una suela estaba sujeta con cinta adhesiva.
Al entrar a clase, los niños se reían en voz baja.
A la hora del almuerzo, mientras otros desenvolvían sándwiches y papas fritas, Emma sacó un trozo de pan de maíz seco de una bolsa de papel marrón.
Una tarde, el trozo se le resbaló de la mano y cayó al suelo.
Un grupo de niños que estaban cerca se rieron disimuladamente y le tiraron la bandeja.
“¡Puaj, mira! ¡La chica de la basura tiró la basura!”
Emma se agachó, se sacudió las migas y siguió comiendo.
No lloró.
No dijo ni una palabra.
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