2. Ser demasiado directo sin consideración
La honestidad es importante, pero cuando carece de empatía, puede parecer dura o crítica. Algunos la llaman “directa”; otros la perciben como fría.
Prueba esto: Antes de hablar, pregúntate: “¿Lo que voy a decir es útil o hiriente?”. Las palabras tienen más impacto cuando se dicen con amabilidad.
3. Usar ropa que ya no te representa
La ropa vieja o desgastada puede parecer inofensiva, pero puede indicar involuntariamente falta de cuidado.
Prueba esto: Actualiza tu guardarropa con algunas prendas que te queden bien, sean nuevas y que reflejen quién eres hoy, sin necesidad de una renovación completa.
4. Tomar el control de las conversaciones
Hablar a las personas en lugar de con ellas puede hacer que se sientan desatendidos.
Prueba esto: Toma descansos más frecuentes. Haz preguntas abiertas. Deja que el silencio invite a otros a compartir. Escuchar es un regalo generoso.
5. Ignorar a las generaciones más jóvenes
Citas como “En mi época…” pueden sonar nostálgicas, pero alienan a los jóvenes. Juzgar crea barreras.
Prueba esto: Acércate a ellos con curiosidad. Pregúntales qué les apasiona. Priorizar la comprensión sobre la comparación facilita una conexión verdadera.
6. Ignorar la etiqueta social en público
Las llamadas telefónicas en voz alta, la invasión del espacio personal o la falta de pautas sociales pueden incomodar a los demás, a menudo sin que te des cuenta.
Prueba esto: Sé consciente de cómo se comportan los demás en espacios compartidos. El respeto a menudo es tácito, pero se siente profundamente.
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