7 hábitos que ayudan a reducir el riesgo de aneurisma

 

Consideraciones finales
Un aneurisma no se desarrolla de la noche a la mañana. Se desarrolla lentamente, a menudo durante años de estrés en las arterias. La buena noticia es que al adoptar hábitos más saludables (controlar la presión arterial, comer bien, hacer ejercicio y evitar sustancias nocivas) puede reducir considerablemente el riesgo. Prevenir siempre es más fácil que curar, y las decisiones que toma a diario son realmente importantes. Proteja su corazón y cerebro hoy mismo comprometiéndose con estos siete sencillos hábitos.

Un aneurisma se produce cuando la pared de un vaso sanguíneo se debilita y se hincha como un globo. Aunque muchos aneurismas permanecen inadvertidos, el peligro surge cuando se rompen, provocando una hemorragia interna potencialmente mortal. Si bien factores como la edad, la genética y los antecedentes familiares no se pueden controlar, los hábitos de vida son fundamentales para reducir el riesgo. Con simples cambios diarios, puede proteger sus vasos sanguíneos y reducir la probabilidad de desarrollar un aneurisma.

A continuación, se presentan 7 hábitos respaldados por la ciencia y la medicina que pueden ayudar:
1. Mantenga una presión arterial saludable

La presión arterial alta es el principal factor de riesgo de aneurismas. La presión constante contra las paredes arteriales las debilita con el tiempo, lo que aumenta la probabilidad de ruptura. Revise su presión arterial regularmente, busque una dieta equilibrada baja en sodio y siga las recomendaciones de su médico si toma medicamentos. Incluso pequeñas reducciones en la presión arterial pueden reducir significativamente el riesgo.

2. Deje de fumar

Solo con fines ilustrativos
Fumar daña los vasos sanguíneos, acelera la acumulación de placa y aumenta significativamente la probabilidad de aneurismas cerebrales y aórticos. Dejar de fumar no es fácil, pero los beneficios son inmediatos: la circulación mejora en cuestión de semanas y el riesgo de enfermedad vascular disminuye progresivamente cuanto más tiempo se mantenga sin fumar. Busque grupos de apoyo, terapia de reemplazo de nicotina o terapia profesional si lo necesita.

3. Siga una dieta cardiosaludable
La nutrición desempeña un papel vital en la salud vascular. Una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos y proteínas magras ayuda a fortalecer las arterias y a reducir la inflamación. Limite los alimentos procesados, los refrigerios azucarados y las carnes rojas, que contribuyen al colesterol alto y a la rigidez arterial. Los ácidos grasos omega-3 de pescados como el salmón o de fuentes vegetales como las semillas de chía también mejoran la circulación sanguínea.

4. Haga ejercicio regularmente
El ejercicio moderado favorece el sistema cardiovascular, mejora la circulación y ayuda a controlar la presión arterial y los niveles de colesterol. Intenta realizar al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, como caminar a paso ligero, montar en bicicleta o nadar. Si eres nuevo en el ejercicio, empieza poco a poco y consulta con tu médico antes de empezar una nueva rutina.

5. Controla los niveles de estrés

 

 

 

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