Me quedé atónita al ver a la criada, justo cuando preparaba la cena, corriendo al baño a vomitar… mi marido y mi cuñado se ponían nerviosos cada vez que esto ocurría. Una noche, bajé a escondidas a la cocina y descubrí la verdad…
Durante semanas, había notado algo extraño. Reformas del baño
Cada vez que llegaba la hora de cenar, la criada corría al baño a vomitar.
Mis sospechas crecían en mi interior, pero no me atrevía a decir nada.
Lo más extraño era que, cada vez, mi marido y mi cuñado se ponían nerviosos, yendo y viniendo a toda prisa, como si intentaran ocultar algo.
Reformas del baño
Al principio, ingenuamente pensé: “¿Estará embarazada? Pero… ¿cómo es posible?”.
Esa noche, sin poder dormir, bajé silenciosamente a la cocina. Una tenue luz ya se filtraba a lo lejos. Contuve la respiración y me acerqué lentamente.
La escena ante mis ojos me dejó paralizada: la criada estaba agachada, con las manos temblorosas, sosteniendo un tazón de medicina, murmurando algo, con una expresión de terror en el rostro.
Pero lo que realmente me heló la sangre fue ver quién estaba de pie junto a ella, inclinándose para sujetarla por los hombros… ¡mi propio esposo!
Sus ojos estaban llenos de preocupación, y le susurró:
“Aguanta unos meses más… todo pasará. Que nadie se entere…”
Me tapé la boca para no gritar, con el corazón latiéndome con fuerza.
⏬ Continua en la siguiente pagina ⏬