Desde el inicio de la consciencia humana, nos hemos preguntado qué sucede al terminar la vida. Cuando el corazón late por última vez, ¿dejamos de existir o hay algo más allá, esperando en lo desconocido?
A lo largo de la historia, muchos han afirmado vislumbrar lo que hay más allá de la muerte. Algunos lo describen como una vida después de la muerte, otros lo ven como un reino aparte, mientras que los escépticos lo descartan como la última oleada de actividad del cerebro antes de apagarse.
Sin embargo, de vez en cuando surge una historia que desafía todas las explicaciones convencionales. Esta es una de esas historias: la extraordinaria experiencia de Brianna Lafferty, de 33 años, de Colorado, quien estuvo clínicamente muerta durante ocho minutos, pero insiste en que estaba más viva que nunca.
¿Quién es Brianna Lafferty?
Brianna conoce desde hace mucho tiempo la adversidad física. Hace años le diagnosticaron distonía mioclónica, una rara enfermedad neurológica que causa contracciones musculares repentinas e incontrolables. Acciones sencillas como escribir, caminar o quedarse quieta pueden convertirse en batallas contra un cuerpo que se mueve por sí solo.
Aunque el trastorno era un desafío, Brianna había encontrado maneras de afrontarlo y vivir con él, hasta el día en que su cuerpo dejó de funcionar por completo.
Sin previo aviso, su corazón se paró. Los profesionales médicos hicieron todo lo posible, pero no había pulso, ni respiración, ni señales de actividad cerebral. Durante ocho minutos, según la medicina moderna, Brianna estuvo inconsciente.
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