Los médicos retiran el respirador mientras la familia se despide del recién nacido, pero luego comienza a respirar

La vida es impredecible. En realidad, nunca somos conscientes de los obstáculos y desafíos que pueden surgir en nuestro camino, pero nunca debemos olvidar que nunca debemos dejar de luchar y creer que las cosas eventualmente mejorarán.

Chelsea Hough estaba ansiosa por conocer a su bebé. Su embarazo transcurrió con normalidad y, a las 36 semanas, dio a luz a un niño, al que llamaron Karson Jax Hough.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Durante los primeros momentos de su vida, Karson parecía un bebé perfectamente sano, pero de repente, su corazón se ralentizó y se detuvo. Los médicos intentaron el contacto piel con piel con su madre, y fue entonces cuando su corazón volvió a latir, pero no duró mucho. El pequeño necesitaba un respirador para ayudar a su corazón a funcionar y facilitar la respiración.

 

 

 

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