Cada vez que mi esposo salía de viaje de negocios, mi suegro me llamaba a su habitación para charlar un rato… Pero cuando supe la verdad, mi mundo se vino abajo.

Y un día, mientras cerraba las cortinas para dormir, me susurró desde su silla: “Ten cuidado con lo que se esconde en los rincones”.Esas palabras me dieron más frío del que quería admitir.No dejaba de mirar el mismo armario antiguo en la esquina de la habitación: un mueble viejo, cerrado con llave, con patas talladas y tiradores desgastados. Siempre había estado allí, como un simple detalle, hasta ahora.

Pero ahora, sentí como si me estuviera mirando también.

Sólo con fines ilustrativos

Una noche, oí un leve clic . Como si algo metálico rozara contra metal. El sonido provenía del interior del armario.

Apreté mi oreja contra él.

Silencio.

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