Las protuberancias blancas o amarillas que se encuentran con frecuencia en las amígdalas son un fenómeno común conocido como tonsilolitos o cálculos amigdalinos.
Si los tonsilolitos son recurrentes o causan problemas importantes, es recomendable consultar a un médico o dentista. En algunos casos, puede ser necesario considerar opciones como la amigdalectomía (extirpación de las amígdalas).
Las protuberancias blancas o amarillas en las amígdalas, conocidas como tonsilolitos, son un problema común pero tratable. Comprender sus causas y cómo manejarlas puede ayudar a reducir su aparición y mejorar la calidad de vida.
Mantener una buena higiene bucal es clave para prevenir su formación y combatir el mal olor asociado. Si experimenta problemas persistentes, no dude en buscar atención médica para obtener el tratamiento adecuado.
Aunque puedan parecer inofensivos, a muchas personas les preocupa su presencia y el mal olor que suelen acompañarlos. Pero ¿qué son estas pequeñas bolitas, cuáles son sus causas, por qué generan un olor desagradable y cómo se pueden tratar?
¿Qué son los cálculos amigdalinos? Los tonsilolitos son pequeñas formaciones que se forman en las criptas (fisuras) de las amígdalas. Estos bultos pueden variar en tamaño y color, siendo los más comunes el blanco o el amarillo. Si bien no son peligrosos, pueden causar molestias y afectar negativamente la salud bucal y la calidad de vida de quienes los padecen.
– Causas de los cálculos amigdalinos:
1. Acumulación de desechos
Una de las principales causas de la formación de tonsilolitos es la acumulación de residuos en las criptas amigdalinas. Estos residuos pueden incluir restos de comida, células muertas, moco y bacterias. Cuando estos materiales quedan atrapados, pueden calcificarse y formar bolitas.
2. Infecciones recurrentes
Las infecciones de garganta, especialmente la amigdalitis, pueden contribuir a la formación de tonsilolitos. Durante una infección, las amígdalas pueden inflamarse y producir más moco, lo que aumenta la probabilidad de que se acumulen residuos en sus grietas.
3. Mala higiene bucal
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