Cinco años después de su muerte, una boda reveló una verdad impactante

Cinco años después de perder a mi esposa, mi hija y yo fuimos a la boda de mi mejor amigo. Pero mi mundo se derrumbó cuando él le levantó el velo a la novia. Mientras mi hija susurraba: “Papá, ¿por qué lloras?”, la novia me miró a los ojos… y en ese instante, todo se derrumbó.

Nunca había planeado ir a esa fiesta. Fue mi compañero Marcos quien me sacó a rastras, jurando que me ayudaría a “salir de este bajón”.

Llevaba semanas trabajando doble turno en la obra y sentía el cuerpo como si fuera de cemento.

“Solo una hora”, insistió Marcos, prácticamente empujándome fuera de un apartamento en el centro de Madrid. “Luego te vas a casa y sigues siendo un ermitaño”.

Es curioso, los momentos más importantes siempre llegan cuando menos te los esperas.

La fiesta estaba llena de gente que parecía no haber levantado nada más pesado que una copa de vino. Con mis vaqueros desgastados y mi camiseta vieja, me sentía fuera de lugar. Pero entonces la vi. Lucía.

Ella tampoco debería haber estado allí. Más tarde supe que solo había ido a dejarle algo a una amiga.

 

 

⏬ Continua en la siguiente pagina ⏬

Leave a Comment