El dolor de perder a un ser querido puede llevarnos a actuar de maneras que jamás imaginamos. En medio del duelo y la desesperación, algunas personas sienten la necesidad de dar un último beso de despedida a un ser querido fallecido. Aunque a nivel emocional esto pueda parecer un gesto de cariño, desde una perspectiva de salud representa un riesgo que a menudo se pasa por alto.
La realidad es que el cuerpo humano, una vez que deja de funcionar, comienza un proceso de descomposición mucho más rápido de lo que creemos. Por lo tanto, entrar en contacto directo con un cadáver, especialmente al besarlo, puede tener graves consecuencias.
A continuación, les comparto, de forma clara y sencilla, los riesgos de besar a una persona fallecida:
1. Riesgo de infecciones bacterianas
Cuando el cuerpo muere, las defensas del sistema inmunitario desaparecen. Esto significa que las bacterias naturales que viven en los órganos y tejidos comienzan a multiplicarse sin control. Algunas de estas bacterias pueden ser inofensivas en vida, pero después de la muerte, se vuelven peligrosas. Besar un cadáver conlleva el riesgo de que estas bacterias entren en el cuerpo y causen infecciones.
2. Posible transmisión de virus activos
Solo con fines ilustrativos
Aunque muchos virus mueren con el cuerpo, algunos pueden permanecer activos durante un tiempo limitado, especialmente si la persona fallece a causa de una enfermedad contagiosa. La hepatitis, el VIH o incluso la tuberculosis son ejemplos de infecciones que podrían suponer un riesgo si se entra en contacto directo con fluidos o membranas mucosas.
3. Contacto con fluidos en descomposición
Durante las primeras horas y días después de la muerte, el cuerpo comienza a liberar fluidos resultantes de la descomposición. Estos fluidos no solo tienen un olor fuerte, sino que también contienen microorganismos dañinos. Un beso en los labios o en la piel del difunto podría exponerlo a estas sustancias, causando molestias gastrointestinales o infecciones cutáneas.
4. Problemas respiratorios debido a gases
El proceso de descomposición también libera gases que contienen bacterias y toxinas. Al acercar demasiado el rostro al cuerpo de un difunto, se pueden inhalar estas sustancias, lo que puede causar irritación respiratoria, mareos o incluso infecciones pulmonares en personas vulnerables.
5. Riesgo psicológico
Más allá del impacto físico, besar a una persona fallecida puede dejar un fuerte impacto emocional. Para algunas personas, este contacto puede convertirse en una imagen difícil de borrar, aumentando el dolor del duelo o despertando recuerdos traumáticos. En lugar de brindar alivio, este gesto puede intensificar la tristeza y la angustia.
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