Permanecer sentado durante horas reduce la circulación y limita el oxígeno que llega a los riñones.
Solución rápida: levantarse cada hora durante 5 minutos, caminar, estirarse o moverse ligeramente.
VENENO #3: Medicamentos antiinflamatorios de uso común
Medicamentos como el ibuprofeno, el naproxeno o el diclofenaco disminuyen el flujo sanguíneo a los riñones si se usan regularmente.
Recomendación: Evite la automedicación. Para el dolor crónico, consulte con un médico sobre alternativas seguras.
VENENO #2: Sodio oculto
La sal más peligrosa no está en el salero, sino en los alimentos procesados: salchichas, sopas instantáneas, panes horneados comercialmente, cubitos de caldo y bocadillos.
Consejo práctico: Revisa las etiquetas. Más de 400 mg de sodio por porción = alerta roja. Opta por hierbas naturales para sazonar.
VENENO #1: Azúcar y harina refinada

Estos son los “ingredientes blancos” más destructivos, ya que elevan los niveles de glucosa, espesan la sangre y dañan las nefronas. También son una causa clave de diabetes e hipertensión.
Acción inmediata: eliminar las bebidas azucaradas, reducir el pan y las galletas y aumentar las verduras, legumbres y cereales integrales.
Señales de advertencia que no debes ignorar:
Orina espumosa.
Hinchazón en los pies o tobillos.
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