Historias con moraleja, noticias y relaciones En plena noche, un yerno llamó a su suegro y le pidió que se llevara a su hija y la reeducara. Pero lo que el suegro trajo momentos después lo dejó atónito.

Su voz era gélida, cada palabra más cortante:

“No crie a mi hija para que la microgestionaran hasta la última rupia y cada aliento. Claro, puedes ganar dinero, pero si ese éxito te convierte en un tirano, entonces no te considero un hombre en absoluto.”

Rohan titubeó, intentando explicar:

“Solo quería que me respetara… No pretendía…”
“El respeto no es miedo”, interrumpió el Sr. Sharma.

La silencias, la despojas de su independencia, ¿y ahora esperas que la arregle como si estuviera rota? No. Crié a mi hija para ser humana, no para ser tu sirvienta.

La habitación quedó en un silencio sepulcral. El tictac del reloj resonó con fuerza en el silencio.

Entonces el Sr. Sharma se transformó en Priya, con una voz más suave:

“Priya, la decisión es tuya. Si quieres perdonarlo, quédate. Pero si estás lista para irte, estoy afuera. Firmaremos los papeles y te llevaré a casa, donde al menos tu dignidad permanecerá intacta”.

Priya no se movió. Las lágrimas corrían por sus mejillas. Miró a Rohan, el hombre que una vez la tomó de la mano, que una vez juró protegerla para siempre. Ese hombre ya no existía.

 

 

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