Has preparado huevos duros para tu ensalada y ahí… sorpresa: un círculo verde rodea la yema. Es algo común, pero nada apetecible. Aun así, seguiste tu receta al pie de la letra, ¿por qué sigue apareciendo este pequeño inconveniente? Y sobre todo, ¿cómo evitarlo sin convertirse en un chef estrella? Aquí están todos nuestros secretos para unos huevos duros perfectos que tienen tan buen sabor como apariencia.
¿El culpable? Una reacción química inesperada
Este famoso círculo verdoso no es signo de un huevo podrido ni de un huevo poco cocido. Es simplemente una reacción entre el hierro de la yema y el azufre de la clara, causada por una cocción demasiado prolongada o demasiado rápida. Resultado: un ligero depósito de azufre ferroso… inofensivo, pero poco atractivo visualmente. Afortunadamente, bastan unos pocos ajustes para que este fenómeno desaparezca.
El método infalible para unos huevos duros perfectos
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