La caseína es rica en compuestos volátiles de azufre. Esto es precisamente lo que da ese olor a huevo podrido o echado a perder. Incluso cepillarse los dientes regularmente no es suficiente para eliminar el problema, ya que estas bolitas se alojan profundamente.
Imagínate rociar perfume en una bolsa de basura: enmascara el olor por un momento, pero no resuelve nada.
¿De donde vienen estas amigdalitis?
Estas son las principales causas:
Mala higiene bucal: los residuos de alimentos se estancan con mayor facilidad.
Amígdalas crípticas: algunas personas tienen las amígdalas más “ahuecadas”, lo que promueve la acumulación.
Falta de saliva: la boca seca se limpia peor.
Una dieta demasiado rica en lácteos o azúcar, que provoca la proliferación bacteriana.
¿Cómo deshacerse de él de forma natural?
continúa en la página siguiente