Pudin de caramelo sin horno: ¡la receta de un postre rápido en sólo 10 minutos!

Tiempo total: 10 min de preparación / 6 h de enfriamiento

Dificultad: Fácil

Raciones: 6-8
¡Atención, amantes del caramelo! ¿Se te antoja un flan suave y cremoso, pero tienes poco tiempo (o espacio en el horno)? ¡Te lo contamos! ¡Esta no es la receta de flan de tu abuela! Olvídate de la crema pastelera, porque aquí tienes un pudín de toffee pegajoso sin horno, igual de delicioso, ¡pero diez veces más fácil! Prepárate para un cremoso sueño hecho realidad con una lista de ingredientes sencilla y mínimo esfuerzo. Para prepararlo, necesitarás azúcar, agua caliente, leche tibia, leche en polvo, crema, leche evaporada, gelatina y extracto de vainilla. En tan solo unos pasos, disfrutarás de un postre con calidad de restaurante en la comodidad de tu casa.

¿Qué es el pudín de toffee pegajoso sin horno? El flan, también conocido como pudín de toffee pegajoso, tiene una rica y deliciosa historia que se remonta a siglos atrás. Los orígenes exactos no están del todo claros, pero algunos historiadores gastronómicos creen que existía un postre similar en la antigua Roma, donde se disfrutaba un plato llamado “tímpano”. Elaborado con huevos, queso y miel, podría ser un ancestro muy lejano del flan. La cronología exacta de la versión sin horno no está clara, pero probablemente surgió a medida que la refrigeración se generalizaba. El uso de ingredientes como la gelatina o el agar-agar permitió lograr una textura cremosa similar sin necesidad de horno. La versión sin horno ofrece una opción práctica y deliciosa para los amantes de los postres.

Pudín de toffee pegajoso vs. Natillas de caramelo
Tanto el pudín de toffee como el helado de toffee pegajoso son postres cremosos con una cobertura caramelizada, pero difieren en textura y preparación. El pudín de toffee pegajoso suele consistir en una mezcla de leche, azúcar y un espesante como la gelatina o la maicena, lo que le da una consistencia más espesa y suave. El flan de caramelo, por otro lado, es un postre más ligero y delicado, hecho con huevos, leche y azúcar, a menudo cocinado al baño maría. La composición del huevo le da una textura más ligera y esponjosa, que contrasta con la textura más densa del pudín de toffee pegajoso.

Consejos
Para una versión más suave, puedes colar el flan con un colador.
Aunque no esté cocido, el caramelo es un componente clave del sabor. Usa fuego medio y vigila con cuidado para evitar que se queme. Un caramelo quemado dejará el flan amargo. Si ves humo o manchas oscuras, ¡comienza de nuevo! Resiste la tentación de remover el azúcar con una cuchara. En su lugar, gira suavemente la sartén para asegurar una caramelización uniforme. Si el caramelo comienza a solidificarse demasiado rápido, ¡no te asustes! Agrega una cucharada de agua caliente y revuelve para que se desprenda.
¡No te dejes tentar a comerlo de inmediato! Refrigera el flan durante al menos 6 horas, preferiblemente toda la noche. Esto permite que la crema cuaje por completo y adquiera su textura rica y cremosa.
Una vez fría, pase un cuchillo por los bordes del molde para desmoldar el flan. Sumerja brevemente la base en agua caliente y luego colóquela boca abajo sobre un plato. El caramelo debería deslizarse fácilmente.
Cómo conservar el flan

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