El ajo ha sido apreciado durante siglos como ingrediente culinario y remedio natural. Rico en antioxidantes y compuestos de azufre, se le reconoce por su capacidad para fortalecer el sistema inmunitario, mejorar la salud cardíaca e incluso reducir la presión arterial. Muchas personas confían plenamente en consumir ajo a diario, ya sea crudo, cocido o como suplemento. Si bien el consumo moderado de ajo ofrece innegables beneficios para la salud, el consumo excesivo diario puede provocar varios efectos secundarios indeseados. Comprender el equilibrio entre beneficios y riesgos es crucial para quienes consideren el ajo como parte de su rutina diaria.
1. Problemas digestivos e irritación estomacal
El ajo crudo, en particular, es muy picante y puede irritar el revestimiento del estómago. Consumirlo en grandes cantidades puede causar hinchazón, náuseas, acidez e incluso diarrea. Las personas con sistemas digestivos sensibles o afecciones como el reflujo ácido pueden experimentar un empeoramiento de los síntomas al consumir ajo a diario. Cocinar el ajo tiende a disminuir estos efectos, pero el riesgo persiste si se consume en exceso.
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