Tus piernas gritan “¡AYUDA!”: 5 señales de advertencia de tu hígado

El hígado es uno de los órganos que más trabaja en el cuerpo humano. Filtra toxinas, regula las hormonas, produce proteínas para la coagulación sanguínea y ayuda a gestionar los fluidos corporales. Cuando el hígado se daña, ya sea debido a la enfermedad del hígado graso, hepatitis, abuso de alcohol, trastornos autoinmunes o cirrosis, los efectos no se limitan al abdomen. En muchos casos, las piernas son uno de los primeros lugares donde aparecen los síntomas visibles

Desde hinchazón y hematomas hasta picazón, músculos delgados y heridas de cicatrización lenta, los cambios en las piernas pueden indicar discretamente una disfunción hepática grave. Comprender estos signos puede ayudar a un diagnóstico temprano y, potencialmente, salvar vidas.

1. Hinchazón de piernas (edema periférico): el síntoma más común

Uno de los signos más tempranos y visibles de la enfermedad hepática avanzada es la hinchazón en pies, tobillos y pantorrillas. Esta afección, conocida como edema periférico, se produce cuando el exceso de líquido se filtra de los vasos sanguíneos y queda atrapado en los tejidos circundantes.

Por qué sucede

– Un hígado dañado produce menos albúmina, una proteína que mantiene el líquido dentro de los vasos sanguíneos

– El aumento de la presión en la circulación sanguínea del hígado (hipertensión portal) empuja el líquido hacia abajo, hacia las piernas, debido a la gravedad.

Lo que se siente

– Piernas pesadas o tensas

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