– Piel brillante y estirada
– Al presionar la piel queda una hendidura (edema con fóvea).
Este tipo de hinchazón suele empeorar por la noche y puede mejorar un poco después de dormir con las piernas elevadas.
2. Arañas vasculares y venas anormales en las piernas
Las personas con enfermedad hepática crónica a menudo desarrollan arañas vasculares o venas superficiales agrandadas, especialmente en los muslos y las pantorrillas.
Por qué sucede esto
– El hígado normalmente descompone el estrógeno.
– Cuando el hígado falla, el estrógeno se acumula en el cuerpo, debilitando las paredes de los vasos sanguíneos
– Esto produce venas visibles de color púrpura o rojo en forma de membrana en las piernas.
Estas venas no son sólo cosméticas: son una señal hormonal de estrés hepático crónico.
3. Picazón intensa en las piernas (prurito colestásico)
La picazón persistente, especialmente en las espinillas y las pantorrillas, puede ser un signo temprano de colestasis, una afección en la que se altera el flujo de bilis desde el hígado.
Características principales
– Al principio no hay sarpullido evidente
– Necesidad profunda y constante de rascarse
– Peor por la noche
– La piel puede engrosarse, cicatrizarse o infectarse al rascarse.
Por qué sucede