Tus piernas gritan “¡AYUDA!”: 5 señales de advertencia de tu hígado

– Piel brillante y estirada

– Al presionar la piel queda una hendidura (edema con fóvea).

Este tipo de hinchazón suele empeorar por la noche y puede mejorar un poco después de dormir con las piernas elevadas.

2. Arañas vasculares y venas anormales en las piernas

Las personas con enfermedad hepática crónica a menudo desarrollan arañas vasculares o venas superficiales agrandadas, especialmente en los muslos y las pantorrillas.

Por qué sucede esto

– El hígado normalmente descompone el estrógeno.

– Cuando el hígado falla, el estrógeno se acumula en el cuerpo, debilitando las paredes de los vasos sanguíneos

– Esto produce venas visibles de color púrpura o rojo en forma de membrana en las piernas.

Estas venas no son sólo cosméticas: son una señal hormonal de estrés hepático crónico.

3. Picazón intensa en las piernas (prurito colestásico)
La picazón persistente, especialmente en las espinillas y las pantorrillas, puede ser un signo temprano de colestasis, una afección en la que se altera el flujo de bilis desde el hígado.

Características principales

– Al principio no hay sarpullido evidente

– Necesidad profunda y constante de rascarse

– Peor por la noche

– La piel puede engrosarse, cicatrizarse o infectarse al rascarse.

Por qué sucede

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