Una madre se ganaba la vida recogiendo basura, su hija fue rechazada durante 12 años de la escuela, pero en la ceremonia de graduación, dijo una frase que hizo que todo el salón se pusiera de pie en lágrimas.

La niña a la que llamaban “Trash Kid”
Durante doce largos años, el nombre “Trash Kid” acompañó a Emma Walker a todas partes: susurrado en los pasillos, garabateado en las taquillas, murmurado a sus espaldas en su pequeña escuela pública en Bakersfield, California.

Su padre falleció antes de que ella naciera.
Su madre, Sarah Walker, se ganaba la vida recogiendo materiales reciclables: botellas, latas y periódicos viejos de las afueras del pueblo.
Todos los días, empujaba un carrito chirriante por los caminos polvorientos, recogiendo lo que otros tiraban y lo intercambiaba por unos pocos dólares para alimentar a su pequeña.

 

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